Aquel despechado renunció a su cama compartida, a su tacón de aguja fetiche y a la única lengua caprichosa que enredó sus instintos más primarios durante tanto tiempo. Ha elegido mendigar entre queridas fortuitas y marcar su inseguridad meando lugares comunes como único sofoco de su infinito sentimiento abandono.
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5 comentarios:
Abandonar lo que uno quiere. Miedo a comprometerse. A no luchar con decisión. A veces un instante en el que uno para se desvanece ese sueño que tenía o creía tener tan cerca.
Besos de loki vinodelfin.
que fuerte dina, deja lo repaso jaja
besos
Loki: y finalmente convertirse en la peor sombra que uno puede imaginarse. O eso o un cantamañanas, jaja.
David Guzmán: Es lo que hay chico. Lo mismísima realidad. Lo juro y con pruebas...
Y no le digas que tiene que entenderse porque más meará en tenebrosos lugares de auto-encuentro. Justito en el sitio donde no tiene que estar.
En finssss...
Este me ha encantado casi tanto como todos los demás.
Eres fantástica. Te lo dije alguna vez?
Lisandro.
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